Academia Dental Americana, ADA, se ha posicionado contraria a esta práctica, sobre todo a los insertados en lengua, labios y boca, por los riesgos que suponen los piercings orales para todos los tejidos periodontales.
El incremento de la población con piercings ha provocado un aumento importante de estos pacientes en las consultas odontológicas. Estas personas deben realizar un seguimiento más exhaustivo de su salud oral, ya que el piercing puede derivar en diversas complicaciones.
Por lo que te damos los siguientes consejos si te encuentras en este caso:
Higiene: se ha de limpiar el piercing cuidadosamente sobre todo después de las comidas, toma de bebidas y cuando se fuma.
Utilización de colutorio con clorhexidina como antiséptico para evitar la infección de la herida tras la inserción.
No utilizar los enjuagues habituales de uso diario hasta que no esté totalmente cicatrizada la herida.
Evitar el juego o tocamiento del piercing hasta que no se haya cicatrizado totalmente la herida.
Si aparece una infección en la zona del piercing, hay que retirarlo de inmediato, acudir al odontólogo y realizar tratamiento con gel bioadhesivo de clorhexidina y algún antinflamatorio sistémico. Si la infección es grave, se recomienda terapia antibiótica.
En el caso de atletas portadores de piercings orales, recomendamos la utilización de protectores bucales para evitar lesiones o traumatismos.
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